En cuanto su origen y desarrollo: Proviene del francés chrétien, eufemismo caritativo para llamar a los tontos en la Suíza francófona. En castellano es un galicismo, de crétin = bobo.
El médico F. Monlau escribió:
_ En el cantón del Valdés se han observado una gran disminución en el número de cretinos afectados de bocios y lamparones...
Aquí el médico se refiere a enfermos de cretinismo y no a idiotas. El diccionario oficial incorporó el vocablo a finales del siglo XIX, aunque se empezó a usar como insulto en la primera mitad del siglo XX. Hoy es un insulto tan frecuente que se ha olvidado su sentido inicial de persona que padece retraso de la inteligencia.
Fotografía encontrada en el siguiente enlace: web
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