martes, 22 de diciembre de 2009

San Sebastián



Nació en Narbona (Francia) en el año 256, pero se educó en Milán. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios de idolatría, ya que era cristiano. Como tal, apoyaba a los cristianos encarcelados y mostraba su fe a sus compañeros de legión. Fue denunciado al emperador Maximiano, quien le obligó a decidir entre ser su soldado o seguir a Jesús. Hay que destacar previamente las buenas dotes de San Sebastián como soldado (llegó a ser jefe de la primera corte de la guardia pretoriana imperial). A pesar de estas, se reafirmó en su cristianismo, lo que provocó al emperador, que le amenazó de muerte. Como San Sebastián no cedía, Maximiano le condenó a morir atravesado por una nube de flechas que lanzaran sus propios soldados. Y así habría sido, pero tras cumplirse el castigo, el hombre seguía vivo, y fue rescatado por sus amigos y cuidado por Irene, una noble cristiana romana, hasta que se restableció. Volvió a Roma, aunque le aconsejaron que no lo hiciera, y se presentó ante el emperador, recriminándole su persecución a los cristianos. Ni que decir hay que este, enfurecido, le condenó a muerte de nuevo: esta vez sería azotado hasta morir. Y esta vez murió. Su cuerpo fue arrojado a un lodazal, donde lo recogieron los cristianos y lo enterraron en la célebre catacumba de San Sebastián (en la Vía Apia).
Es un santo al que se rinde culto muy habitualmente para curar enfermedades, sobre todo desde la época de la peste negra, ya que se decía que debían soportar los “dardos del mal” como S. Sebastián soportó las flechas. Además, es un símbolo de defensa del cristianismo.

Hasta aquí todo normal. Aparentemente es un santo más, sin nada especial, otro cristiano más que fue torturado por los romanos y beatificado después por los mismos.

Pero no. A día de hoy, S. Sebastián es un icono gay, quizá uno de los más importantes, y grandes artistas como O. Wilde, S. Dalí o Tennessee Williams han utilizado su nombre Incluso series actuales como la genial Little Britain lo han utilizado para sus personajes. ¿Y cómo un personaje de la mayor enemiga de la homosexualidad, la iglesia católica, se convierte en un icono gay? La respuesta es Tiziano. Su retrato de Sebastián, al que mostraba en éxtasis, atravesado por las flechas de sus hombres en una postura muy sensual, fue seguido por otros muchos artistas renacentistas y barrocos, más o menos siguiendo la tendencia del original. Esto generó un “aura gay” a S. Sebastián, que pasó de ser un viejo barbudo y sucio en el Medievo a un joven apuesto en el Renacimiento. Para rematar el asunto, en 1909 Georges Eekhond le dio una interpretación freudiana (identificó las flechas como símbolo fálico), lo cual no hizo más que reafirmar lo anterior.

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